en MALVINAS

Gabriel Hakel

Un lugar del que se habla mucho en la Argentina, pero que pocos han visitado.

Este fue un viaje interesante y también triste. Triste porque pude constatar, que Inglaterra jamás va a transferir la soberanía de las islas a la Argentina. Esto es a raíz de la posición colonial inglesa, lo irreductibles que están los habitantes de las islas en esa cuestión y la errática política exterior y económica argentina, de cada uno de los gobiernos, que ha tenido la Argentina. Viajé solo al principio del verano de 2014 y tuve encuentros con ex combatientes argentinos, que iban de visita, para recorrer los campos de batalla y las zonas donde estuvieron atrincherados en los cerros, delante de Puerto Stanley, durante la guerra de 1982. Las Malvinas son un lugar «casi» lindo, ya que a pesar que es bastante desolado, se siente la presencia cercana del mar, con su costa increíblemente recortada. Puerto Stanley es su pequeña capital, que se parece a un pueblo del norte de Escocia. Las viviendas lucen cuidadas y hay muy poco tráfico, con flamantes 4×4.

Los isleños respetan a los ex combatientes y desprecian al resto de los argentinos. Yo entré con mi pasaporte uruguayo y dado que el Uruguay está haciendo negocios con los isleños, todos fueron muy amables conmigo, al saber mi nacionalidad. El nivel económico de los isleños es muy bueno. La riqueza que se distribuye surge de los remates anuales que hacen para la concesión de las zonas de pesca a empresas de otros países. La explotación de petróleo en el mar sería rentable, si el precio del barril llegara a estar sobre los 100 U$. La cría de ovejas, ha disminuido mucho desde la guerra de 1982, dado que las enormes estancias, se han ido parcelando. A los argentinos, nunca se les permitió la residencia en las islas, ni la adquisición de tierras o viviendas. Hay bastante personal chileno y peruano, que está sustituyendo al personal anterior, que desde hacía varias generaciones, los ingleses habían traído desde la isla de Santa Helena.

En la Argentina se cree, que la única guerra que involucró a las Malvinas, fue la de 1982. En la I Guerra Mundial, en 1914, se libró al sur de Malvinas, un importante combate naval. entre la Armada Alemana y la Flota Inglesa. La Armada Alemana había derrotado a la Armada Inglesa, frente a la costa chilena, en la Bahía de Coronel. Esa había sido, la primer derrota inglesa en mas de 100 años. Cuando la Escuadra Alemana pasó por el Cabo de Hornos, para poner rumbo hacia Alemania, la Flota Inglesa, que se había reagrupado en las Malvinas, la atacó y la venció completamente en la batalla naval denominada «Falklands». En la II Guerra Mundial, una flotilla británica, con base en Malvinas, dejó fuera de combate al acorazado alemán Graf Spee, en la batalla denominada «Del Río de la Plata», frente a Punta del Este. Esto demuestra la importancia estratégica de las Malvinas como bastión para controlar el tráfico marítimo entre el Atlántico Sur y el Pacífico Sur y es algo a lo que Inglaterra, no va a renunciar.

Para visitar los escenarios de la guerra de 1982, alejados de Puerto Stanley, contraté a un señor mayor, como guía, que tenía dos Land Rover. Uno de ellos era bastante nuevo y lo usaba para hacer los recorridos sobre las rutas que se habían hecho desde la guerra con la Argentina. Las rutas son de ripio y hay que estar muy atento al manejar, porque son muy obovedadas. El otro Land Rover. es bastante viejo y destartalado y lo usa para travesías a campo travieso, donde no es nada sencillo manejar, ya que la superficie es de turba muy blanda. El viaje para ver los escenarios de la guerra fue el siguiente : De Puerto Stanley hacia el oeste, a la zona del desembarco inglés en Bahía San Carlos, que está ubicado en la parte norte, del estrecho que separa las dos islas principales. Desde allí fuimos al sur, a Darwin y Pradera del Ganso y luego volviendo en dirección nor-este, de regreso a Puerto Stanley. El trayecto coincide con el mapa inglés, que muestra las direcciones de las tropas inglesas, con flechas de color rojo.

El primer mapa muestra el desembarco de las tropas inglesas, en Bahía San Carlos. Los argentinos pensaron, que un desembarco ahí, sería poco probable, ya que implicaba una marcha dificultosa hacia Puerto Stanley. Hoy, no hay prácticamente nada en ese lugar. Solo un pequeño muelle antiguo y unas pocas ovejas y un mástil con la bandera inglesa y placas recordatorias de esa acción militar. Aunque los argentinos infligieron fuertes bajas a las tropas británicas durante el desembarco, estas pudieron asegurarse una cabecera de playa y comenzar su avance en dirección hacia el este a Puerto Stanley y simultáneamente hacia el sur, hacia Pradera del Ganso. El otro mapa muestra la batalla de Pradera del Ganso y la toma por parte de los ingleses del pueblo de Darwin. Los británicos chocaron contra las defensas argentinas en el istmo y cuando el combate parecía indefinido, una columna británica se adelantó por el lateral izquierdo de la playa. Esta acción les permitió a los Ingleses, rodear a las tropas argentinas, que se rindieron.

Argentina no tuvo un comando militar unificado. También se ignoró la histórica alianza de Inglaterra con los Estados Unidos, ni el estratégico apoyo logístico que Chile daría al Reino Unido. La Armada Argentina planeó un ataque «en pinzas» a la flota inglesa, que se abortó tras el hundimiento del crucero General Belgrano, por parte del submarino atómico inglés Conqueror, al sur de las islas. Las otras naves argentinas, tras este hecho, volvieron a su base en el continente. El ejército envió a sus mejores regimientos a la frontera con Chile y trasladó a las islas solo pocos cuadros profesionales y muchos conscriptos, sin entrenamiento militar. Pocos jefes de estas tropas, estuvieron a la altura de las circunstancias. Solo la Fuerza Aérea Argentina y la Aviación Naval, tuvieron un papel destacado en la contienda, en acciones que demostraron gran valor y capacidad. Su error estratégico, fue que no acondicionaron el aeropuerto de Puerto Stanley para poder operar desde allí con sus mejores aviones. Todas las misiones tenían que salir y regresar de los aeropuertos del continente y por eso, se tenían que reabastecer en vuelo dos veces; tanto a la ida, como a la vuelta de cada misión.

El cementerio de los soldados argentinos caídos en los combates en las Malvinas se encuentra sobre una pequeña colina, cerca de Pradera del Ganso. Es un lugar impresionante y conmovedor, por su simplicidad y su implantación en ese lugar. La mayoría de los caídos eran muchachos de no mas de veinte años, muchos de ellos provenientes de las provincias mas pobres de la Argentina, sin preparación para la guerra. Fue una insensatez del mando militar argentino, en enviarlos a las Islas Malvinas. Las autoridades argentinas, no pensaban que realmente Inglaterra tomara una represalia militar a la aventura argentina de ocupar las islas.



Al estar allí, uno no puede quedar indiferente frente a lo que fue esa realidad: La de un gobierno militar y dictatorial, que valiéndose políticamente de un reclamo de soberanía objetivamente justo, se enfrentó a una potencia colonial, acostumbrada a imponer sus designios por la fuerza.

El señor del Land Rover me recomendó de ir a ver a los pingüinos en Volunteer Point. Yo no tenía grandes expectativas al respecto. Pero no solo el lugar resultó fantástico, sino que el viaje por el campo abierto, sobre la superficie con la turba blanda, resultó una aventura que recordaré siempre. El viejo Land Rover respondió a las exigencias y el chofer-guía, sacó al vehículo de varias situaciones cuando yo ya creía que nos quedábamos definitivamente encajados. No hay ni siquiera una huella para guiarse y el horizonte es igual para todas partes, por lo que hay que tratar permanentemente de mantener el rumbo, como si se estuviera navegando. Las colonias de pingüinos son asombrosas. Predominan los «Magallanes» y los «King». Los huevos se empollan en octubre y en febrero, las crías ya se pueden valer un poco por si mismas. En el invierno los mayores salen a alimentarse en el mar y solo regresan esporádicamente, para atender a las crías. Las que pueden pasar el rigor del primer invierno, estarán aptas para buscarse su alimento en el mar, desde el verano siguiente.

Está prohibido de acceder a las enormes instalaciones militares que los ingleses establecieron en las Malvinas, después de la guerra de 1982. Estas se encuentran cercanas al aeropuerto de Mount Pleasant y a unos 60 km de distancia de Puerto Stanley. Al aterrizar, informan al pasaje que se va a desembarcar en una base militar y que está prohibido sacar fotos. Por lo tanto, las pocas fotos que se ven aquí, fueron sacadas sin mirar por el visor y están movidas. La dotación militar no la cuentan como habitantes de las islas, pero se estima en unas 3000 personas, cifra que igualaría a la del resto de la población permanente. Los militares ingleses que están allí acantonados, tienen todos los servicios comerciales y recreativos dentro de la misma base, con el objetivo, que no interfieran en la vida de la población del resto de los isleños.

En el vuelo de regreso, saliendo de Mount Pleasant hacia Punta Arenas, tomé fotos desde el avión y luego las ubiqué en un mapa. Abajo se ven algunos ejemplos, con el mapa a la izquierda y su respectiva imagen, a su derecha.