Vuelos y otros transportes poco habituales
VICTORIA / VANCOUVER
En la Columbia Británica, en Canadá hay una compañía aérea, llamada Harbour Air, que tiene una enorme flota de pequeños hidroaviones monomotores DHC-2 Beaver y Turbo Beaver y DHC-3 Otter y Turbo Otter. Los hidroaviones con la denominación «turbo», son antiguos aviones reacondicionados, a los cuales se les sustituyó el motor a pistón por una nueva turbohélice del modelo PT-6A. Con esta modificación, el rendimiento de la aeronave mejora muchísimo.
Con sus hidroaviones, Harbour Air, realiza varios vuelos a distintos destinos y un servicio muy frecuente, entre Victoria (que es la capital de la Provincia de la Columbia Británica) y la ciudad de Vancouver, que es la ciudad mas importante de la provincia.
La ventaja de estos servicios, es que de ambas ciudades, los vuelos salen de sus zonas costeras y no hay que trasladarse hasta sus respectivos aeropuertos, donde operan los aviones comerciales convencionales.
El viaje entre ambas ciudades dura unos 45 minutos y las vistas son espectaculares.
ISLAS VÍRGENES (I)
En Estados Unidos hay una compañía aérea que se llama Cape Air que vuela exclusivamente pequeños aviones bimotores de hasta 9 pasajeros. Esto le permite volar comercialmente solo con el piloto (sin copiloto) y mantener los costos operativos muy bajos.
Tiene vuelos en distintas regiones de los Estados Unidos, no conectadas entre sí. Una de sus bases está en San Juan de Puerto Rico. De allí volamos a la Isla de Vieques, que hasta la época de Clinton, era utilizada en la mayor parte de su superficie, por las fuerzas armadas yanquis para sus ejercicios militares. Ahora se puede visitar la isla todo el año y sus habitantes están menos expuestos al terrible estrés que implicaba soportar la presencia de los juegos de guerra, que alteraban su vida diaria.
Hay buenas playas para disfrutar y caminos intrincados para recorrer en Jeep.
La mayoría de la población habla español y su forma de vida es bastante modesta.
ISLAS VÍRGENES (II)
De Vieques seguimos por Cape Air Cape a la Isla de Saint Croix, que fue vendida (junto con Saint Thomas y Saint John) por Dinamarca a los Estados Unidos en 1917.
Desde Christiansted (su capital), tomamos un hidroavión Twin Otter de Seaborne Airlines a la Isla de Saint Thomas, donde acuatizamos en Charlotte Amalie. Seguimos por tierra hasta el extremo oriental de la isla y allí por ferry llegamos a la isla de Saint John, que como posee un parque nacional que ocupa casi toda la isla, no tiene aeropuerto.
Esta es la isla mas bonita, con tráfico de vehículos bastante peligroso en rutas muy angostas y escarpadas y donde los lugareños aceleran en las constantes curvas y contracurvas. El transporte público, es efectuado por grandes camionetas acondicionadas con bancos de madera, sin ninguna protección lateral ni cinturones de seguridad y uno siente que va a salir despedido al costado de la ruta en la próxima curva.
ISLAS GALÁPAGOS (I)
En este sitio de las Islas Galápagos, no hay imágenes ni de bichos anfibios, ni de aves, ni de peces.
Esta reseña se centra en describir los aspectos del transporte entre las islas, independientemente de los servicios de cruceros que pasean a los turistas por las islas y a las excursiones planificadas que duran siempre un día y que retornan a los turistas a su punto de partida.
Solo cuatro de las muchas islas tienen población estable y eso solo en una pequeña parte de cada una de ellas.
Al archipiélago se llega con facilidad desde Guayaquil por avión a la Isla de Baltra (con hasta tres vuelos diarios), o a la Isla de San Cristóbal (con 4 vuelos por semana).
El aeropuerto de la Isla de Baltra fue construido por los Americanos para poder defender desde allí un probable ataque Japonés al Canal de Panamá, después del ataque japonés a Pearl Harbour en 1941.
ISLAS GALÁPAGOS (II)
El transporte regular es operado desde los puertos de las cuatro islas habitadas, utilizando lanchas rápidas que llaman «fibras» y como alternativa hay también una pequeña compañía aérea que realiza vuelos, en los dos trayectos con mas demanda de tráfico.
En las «fibras» se viaja de manera poco confortable. Los trayectos duran casi tres horas. Se navega en mar abierto y la mayoría de los pasajeros se marea. O se viaja apiñado dentro de la pequeña cabina con bancos enfrentados, con muchísimo calor y poco aire, o se viaja en la parte posterior al aire libre, con peligro de insolación y soportando el ruido infernal de los potentes motores «fuera de borda». Nadie tiene muchas ganas de conversar y todos están pendientes de cuanto tiempo falta para llegar a destino.
Las lanchas en las que yo viajé, no tenían navegador satelital y el capitán sólo tenía una radio manual de comunicación.
ISLAS GALÁPAGOS (III)
Los servicios aéreos son efectuados por la compañía aérea EMETEBE, que tiene unos antiguos (pero eficientes) bimotores ingleses BN-2 Islander, para piloto y 9 pasajeros. Los vuelos comunican a Baltra con Puerto Villamil, en la Isla de Isabela y a Baltra con Puerto Baquerizo Moreno, en la Isla de San Cristóbal. (De Baltra se llega a Puerto Ayora en bus).
El aeropuerto de Puerto Villamil es el mas extraño, ya que no recibe otro vuelo regular que el que va diariamente a Baltra.
La compañía aérea no publica sus horarios, pero por Internet se puede pedir una reserva que mantienen por 30 días y luego se compra el ticket en alguna de sus agencias, o incluso en Guayaquil, antes de salir para las islas.
El viaje en avión entre las islas es fabuloso (y caro). Si uno se apura y lo solicita, es posible ubicarse en el asiento al lado del piloto y tener un panorama privilegiado. He leído que cobraban un extra por esto, pero no fue así en mi caso.
ALASKA
Había planeado tomar un vuelo con varias escalas entre Anchorage (en Alaska) y Seattle (en el Estado de Washington). En Anchorage, vi que el pronóstico para las ciudades mas al sur, iba a ser malísimo. Eliminé entonces escalas de mi plan original y decidí quedarme solamente en la localidad de Ketchikan, que había sido un pueblo minero importante en la época del oro.
Antes de salir de Anchorage visité la base de la línea aérea Transnorthen, donde pude entrar a ver sus fantásticos DC-3 y C-117, mientras ponían a punto sus motores y los movían del hangar a la plataforma.
Desde Anchorage, el viejísimo Boeing 737-400 de Alaska Airlines, voló unos 20 minutos sobre las fantásticas montañas nevadas y luego entró en la zona de tormenta y prácticamente no se pudo ver nada mas del paisaje. El aterrizaje en las escalas de Juneau y en Sitka fue con lluvia torrencial y recién al llegar a Ketchikan, el tiempo mejoró. Después de pasar dos días en Ketchikan, seguí viaje a Seatle, esta vez en un flamante Boeing 737-800, también de Alaska Airlines.
BILBAO
Este es un «transporte aéreo», que no vuela, sino que está colgado en el aire con cables (y no se trata de un cablecarril).
En Bilbao (País Vazco), hay una obra de ingeniería que es un sistema de transporte en sí mismo. Es el transbordador sobre la Ría de Bilbao, que desde hace 150 años se usa día y noche, todos los días del año, siendo fundamental para el desplazamiento de personas y vehículos entre ambas márgenes de la ría sin que quede obstaculizado el tráfico marítimo..
Su estructura es enteramente de hierro, con dos torres de 51 metros de altura a ambos lados de la ría y una viga que las vincula de unos 160 metros de longitud y de la cual, cuelga suspendida con cables, una plataforma que se desplaza (con un mecanismo), de una orilla a la otra. En la plataforma pueden entrar hasta doce vehículos y holgadamente unas 150 personas.
Todo el conjunto tiene proporciones armónicas, donde no aparece ningún elemento superfluo en su estructura portante.